Marienbad, Proposal for the Hellenikon Metropolitan Park. Athens, Greece. 2003 (Dogma with Elia Zenghelis)
Paint a Vulgar Picture
Sobre la relación entre las imágenes y los proyectos en nuestra obra
por Pier Vittorio Aureli y Martino Tattara
Texto publicado en El Croquis 208 Dogma 2002 2021
Desde la antigüedad, la producción arquitectónica en forma de edificios ha requerido de un proyecto. Un proyecto es un conjunto de instrucciones que incluye textos, dibujos y maquetas a escala; un cuerpo de trabajo que puede definirse como el de la representación de la arquitectura. Dibujar la arquitectura antes de su construcción se hizo especialmente necesario con la aparición de la arquitectura monumental, una arquitectura que requirió de la cuidadosa planificación de una gran cantidad de recursos materiales y humanos, de ahí que la importancia de su representación esté estrictamente relacionada con las condiciones que acompañan a la producción arquitectónica en lo que respecta a su viabilidad material y económica. Con la aparición del arquitecto como figura profesional distinta del constructor, la representación de la arquitectura en forma de dibujos se convirtió también en el lugar de la especulación intelectual sobre arquitectura, en paralelo al texto. Aun así, el estatus intelectual del dibujo arquitectónico no debería ser idealizado pues esa autonomía del arquitecto fue resultado, ante todo, de la separación entre las labores de tipo intelectual y manual implicadas en la producción de arquitectura. De hecho, la idea misma de disegno —un término en el que el proceso mental de creación y su expresión material se superponen el uno al otro—, se convirtió en el indicador que distinguiría la figura del arquitecto, gracias a la cual elevaría su estatus y degradaría el de los constructores, quienes vieron rebajado su papel al de meros ejecutores de las instrucciones 'dibujadas' por el arquitecto.
La polémica sobre el dibujo arquitectónico —tanto un instrumento de control como un medio de invención intelectual—, es aún más pronunciada en lo que se refiere a las imágenes de arquitectura. Mientras que el dibujo técnico (la planta, el alzado, la sección) se relaciona con la organización y el control del proceso constructivo, el uso de las imágenes se ha empleado tradicionalmente para convencer a los clientes de la validez del edificio propuesto. Contrarias a la abstracción del dibujo técnico, las imágenes tienden a representar la arquitectura de 'manera realista', de ahí que hayan sido a menudo estigmatizadas como un medio muy problemático, tanto por su exceso de retórica como por resultar engañosas frente al hecho real de construir y experimentar la arquitectura —incluso los propios arquitectos, con frecuencia, han criticado con dureza las imágenes que representan dibujos en perspectiva por no ser mensurables—. Sin embargo, a diferencia de los dibujos técnicos, las imágenes, como las de las representaciones perspectivas, por su carácter espacial y material hacen más accesible la arquitectura a una audiencia más amplia. Aunque no suficientes, las imágenes siguen siendo necesarias para la comunicación de una arquitectura aún no construida.
Pero esto no quiere decir que la representación sea una forma de 'sortear' el momento de construir. Por el contrario, las imágenes de arquitectura pueden y, de hecho, 'deberían' abordar la arquitectura como forma construida —por ejemplo, como anticipaciones de, o especulaciones, sobre la forma construida—, aunque deberían retener su estatus de 'imágenes de arquitectura' mediante la representación gráfica en dos dimensiones. Ninguna imagen arquitectónica puede reemplazar la experiencia de la arquitectura construida, o acortar la compleja travesía entre la primera idea inicial de un edificio y su ejecución material final. Pese a ello, las imágenes son esenciales, tanto si es en forma de imágenes grafiadas como en forma de fotografías de los edificios reales y, desde luego, ineludibles para nuestro conocimiento y experiencia de la arquitectura. Fue precisamente tener en cuenta esta paradoja relativa a las imágenes —siendo necesarias 'para', aunque distintas 'de' la experiencia de la forma construida—, lo que hizo que nosotros desarrolláramos un método particular de representación de la arquitectura y, especialmente, una manera propia de producir imágenes para nuestros proyectos arquitectónicos. Nuestra intención era desarrollar un método de representación en el que las imágenes fueran explicaciones claras de arquitectura y, a la vez, 'verdaderas abstracciones'.