International Architecture Magazine
Carrito 0

Los Trabajos y Los Días: La Arquitectura de Karamuk Kuo (PDF Gratis)

El Croquis 196 Philip Ursprung

Por Philip Ursprung 

DESCARGA EL ARTÍCULO COMPLETO EN PDF

Durante décadas la grandiosa narrativa de lo postindustrial ha despertado el interés de la arquitectura. Sus emblemas son las ruinas de la industrialización y la urbanización moderna: el loft vacío, desprovisto de trabajadores y máquinas; las paredes de ladrillo desnudas; los suelos de hormigón y las vigas de acero, testigos en su día de antiguos centros de producción; o el terrain vague, a las afueras de la ciudad, donde una vez destacaron los altos hornos y las chimeneas de las fábricas. El impacto de esta narrativa se extiende desde la Escuela en Fagnano Olona (1976) de Aldo Rossi o la película Stalker (1979) de Andréi Tarkovski, hasta el Kunsthal de Rotterdam (1992) de OMA, el Museo Guggenheim en Bilbao (1997) de Frank Gehry o la Tate Modern (2000) de Herzog & de Meuron, e incluso hasta el FRAC Dunquerque (2013) de Lacaton & Vassal o el High Line en Nueva York (2014) de Diller Scofidio + Renfro.

Los miembros de las sociedades industrializadas se han sentido atraídos por tales fragmentos de ruinas de forma similar a la que sentían los primeros turistas del siglo XVIII por las ruinas antiguas de Italia. En ambos casos se evoca la idea de un pasado heroico, aterrador y fascinante al mismo tiempo. Aterrador, porque encierra en sí las huellas de una lucha de clases violenta —la explotación brutal y la miseria de los obreros—, fascinante, porque puede contemplarse desde la distancia, como un fenómeno estético. Así, el pasado industrial deviene en espectáculo y los espacios industriales en monumentos, vestigios de una época ya superada. Susan Sontag describió de forma conmovedora en su libro El amante del volcán —una novela sobre un coleccionista de antigüedades en el Nápoles del siglo XVIII, escrita en parte en Berlín a principios de los años 1990 y justo después de la caída del Muro— la fascinación que en general suscitan las ruinas: "Vivir en la proximidad de la memoria de un desastre, vivir entre ruinas (en Nápoles, o en el Berlín actual) es tener la tranquilidad de que uno puede sobrevivir a cualquier desastre, incluso al más grande".

La narrativa de lo postindustrial va de la mano del imperio de lo contemporáneo; hoy en día, la percepción predominante de la temporalidad. Lo contemporáneo ha reemplazado a la ideología del progreso que imperó desde mediados del siglo XIX hasta finales del XX. Ya lo relevante no es la 'novedad', sino la 'contemporaneidad'. Para la arquitectura, y aún más para el arte, cada vez resulta más difícil salirse de las convenciones dictadas por lo contemporáneo. La contemporaneidad se cierne sobre el presente cubriendo el cielo como una bruma infinita e inmóvil, incapaz de disolverse, una bruma que empaña la visión del pasado y del futuro.

Continúa la lectura descargando el artículo completo en PDF



Publicación más antigua Publicación más reciente


Dejar un comentario

Sale

Unavailable

Sold Out