REHAB BASEL. Por Herzog & De Meuron
Desde el principio, el cliente expresó su deseo de que el nuevo centro REHAB no pareciese un hospital. Así pues, ¿qué era lo que se suponía que no debíamos hacer? ¿Qué es un hospital?: ascensores y pasillos interiores flanqueados por incontables puertas de acceso a las habitaciones —o a salas de reconocimiento— y una zona de espera situada al final de un vestíbulo o cerca de unos ascensores; un mismo patrón repetido en el máximo número de plantas que permitan las ordenanzas urbanísticas; una solución económica —porque es repetitiva hasta la saciedad y no requiere cambios en el comportamiento del personal—con una cafetería en el vestíbulo.
Un centro de rehabilitación es un lugar donde algunas personas viven hasta 18 meses, normalmente tras un accidente; es un lugar donde aprenden a hacer frente a la transformación de su vida para llegar a ser de nuevo lo más independientes posible. Durante el día, estas personas trabajan con fisioterapeutas y médicos; allí viven y allí pasan su tiempo libre; y allí se reúnen con sus familiares y amigos. Tienen una rutina diaria igual que nosotros, pero con una importante diferencia: todo ocurre en un único lugar. Dado que los pacientes se ven tan limitados — dado que 'tienen' que permanecer en el centro REHAB durante tanto tiempo— nos impusimos la tarea de proyectar un edificio multifuncional y diversificado, casi como una pequeña ciudad —con calles, plazas, jardines, servicios públicos y barrios residenciales aislados— donde estas personas pudieran tomar distintos caminos para ir de A a B. Perseguimos el crear un ambiente que permitiera a los pacientes tener la mayor autonomía posible.